El asesinato del periodista Luis Gabriel Pereira en Ciénaga de Oro ha vuelto a poner de relieve la grave situación que atraviesa el periodismo en Colombia. El director de una página de noticias en Facebook fue asesinado a tiros por dos sicarios que lo interceptaron en mitad de la carretera. Según la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), Pereira fue asesinado por su trabajo como reportero, ya que en su portal publicaba casos de violencia y sucesos policiales sin ocultar los nombres de los responsables.

Ciénaga de Oro es un municipio de la región ganadera de Córdoba en el que impera el narcotráfico. Pereira no se andaba con rodeos y su estilo de periodismo directo y sin tapujos le granjeó muchos enemigos. A diferencia de otros periodistas que guardan una actitud más prudente, él publicaba los nombres de los responsables de la violencia y los delitos, lo que le valió muchas amenazas y ataques.

Las autoridades han ofrecido una recompensa de 2.200 dólares por cualquier información que ayude a localizar a los dos asesinos. Sin embargo, las probabilidades de que se resuelva el crimen son remotas, ya que en Colombia la impunidad es alarmante. Según las últimas estadísticas, solo se resuelven seis de cada 10 homicidios.

El caso de Luis Gabriel Pereira no es aislado en Colombia. En los últimos años, decenas de periodistas han sido asesinados en el país, convirtiéndolo en uno de los más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo. La mayoría de estos crímenes quedan impunes, lo que ha generado un clima de miedo y autocensura entre los periodistas.

El presidente Gustavo Petro, quien nació en Ciénaga de Oro, ha denunciado en varias ocasiones los nexos del paramilitarismo con la política y la corrupción en la zona. Petro ha señalado que las tierras en manos de grandes latifundistas son utilizadas para que paste el ganado y no para que los agricultores cosechen. El conocimiento de la zona le ha llevado a denunciar estas situaciones, lo que ha generado la animadversión de muchos de los poderosos en la región.

La FLIP ha pedido a la Fiscalía colombiana que investigue el caso de Luis Gabriel Pereira a fondo y que se garantice la seguridad de los periodistas en el país. La impunidad y la violencia contra los periodistas son un problema grave que amenaza la democracia y el derecho a la información en Colombia. Es fundamental que se tomen medidas efectivas para proteger a los periodistas y para garantizar que los crímenes contra ellos no queden impunes.

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