Liliana Ramírez, la neuróloga colombiana, ha ganado el prestigioso premio Norman Geshwind en los Estados Unidos. Nacida en Marinilla, Antioquia, Liliana Ramírez siempre ha tenido la convicción de servir a los demás. Gracias a su destacada capacidad profesional y humana, ha sido reconocida con el premio Norman Geshwind.
Liliana Ramírez creció en la ciudad de Medellín y estudió en colegios y universidades públicas. Se graduó como médica en la universidad más importante de su departamento y una de las mejores del país. Con mucho esfuerzo, tenacidad y talento, actualmente es la directora clínica de la División de Trastornos del Hospital General de Massachusetts. Además, forma parte del Programa Multicultural de Prevención del Alzheimer del Instituto Morgan y es profesora en la Universidad de Harvard.
Para la doctora Liliana Ramírez, la vocación de servicio a los demás es la razón principal de su trabajo y formación. Por esta razón, no duda en brindar ayuda profesional y humana a cualquier persona, ya que esto es parte fundamental de su convicción y de las enseñanzas de sus padres, quienes siempre le inculcaron el valor de servir a los demás.
Durante su trabajo en el Grupo de Neurociencias de Antioquia (GNA), Liliana Ramírez se enfrentó a la dura realidad que viven muchas familias con miembros que padecen Alzheimer. Allí pudo constatar el gran trabajo que realiza la Universidad de Antioquia en este campo. Su formación en este lugar no solo contribuyó a su desarrollo profesional, sino que también fortaleció su condición humana antes de partir hacia Estados Unidos.
Un intercambio profesional en los Estados Unidos le hizo comprender que su futuro estaba en este país. Se especializó en Neurología en la Keck School of Medicine de la Universidad del Sur de California y posteriormente se subespecializó en neurología cognitiva y neurología del comportamiento.
Liliana Ramírez contaba con todos los elementos necesarios para triunfar en los Estados Unidos: educación, talento, vocación y el firme deseo de formar una familia junto a su esposo, un psiquiatra que conoció durante su intercambio profesional.
La médica colombiana enfocó su trabajo en la atención de los latinos residentes en los Estados Unidos, ya que estos no reciben el mismo nivel de cuidado que otros grupos culturales, especialmente debido a barreras idiomáticas y diferencias culturales. Su labor en este campo ha sido reconocida, y el premio Norman Geshwind es una muestra de ello.
Este premio motiva a Liliana Ramírez a seguir trabajando en favor de los demás, ya que su vocación, su gran talento y sus amplios conocimientos la convierten en una de las mejores embajadoras de Colombia en los Estados Unidos.