El caso de Fabiola, una exempleada doméstica que fue ilegalmente interceptada por la Policía mientras buscaban el dinero de Laura Sarabia, jefa de gabinete del Gobierno nacional, ha generado conmoción y preocupación en la sociedad. Fabiola, una madre desplazada por la violencia en el Valle del Cauca, se encuentra en una situación desesperante después de que su nombre apareciera en un informe falso de la Policía, vinculándola con el Clan del Golfo, una peligrosa organización criminal. En esta entrevista exclusiva con SEMANA, Fabiola comparte sus experiencias, sus temores y su determinación de buscar justicia y limpiar su nombre.
Fabiola, indignada y visiblemente afectada por las acusaciones infundadas en su contra, expresa su deseo de enfrentar a aquellos que la han difamado. Ella clama por una oportunidad para que la escuchen y les exige a los responsables que asuman su error. La imagen de una mujer que lucha por su integridad y su sustento se hace evidente en cada palabra que pronuncia.
Como madre soltera, Fabiola depende de su trabajo como empleada doméstica para mantener a sus hijos y garantizar su bienestar. Sin embargo, tras las falsas acusaciones, su reputación se ha visto gravemente dañada, lo que le ha generado el temor de no poder encontrar empleo nuevamente. El hecho de ser etiquetada como una criminal por la misma Policía que solía defender la ha dejado desamparada y con un miedo constante a las represalias.
Fabiola ha presentado una demanda en busca de justicia y para hacer frente a las acciones ilegales de la Policía. Ella desea que se haga justicia y que las personas responsables de difamarla y arruinar su vida sean llevadas ante la ley. Su determinación es admirable, ya que está decidida a defender su inocencia y restaurar su buen nombre.
La experiencia de Fabiola no solo la afecta a ella personalmente, sino también a su familia. El impacto negativo de estas acusaciones se extiende más allá de su propia vida, afectando a quienes la rodean. Como una víctima más de la violencia en Colombia, Fabiola entiende las consecuencias de ser estigmatizada y marcada como parte de una organización criminal, y esto la llena de temor por su propia seguridad y la de sus seres queridos.
En cuanto a la otra víctima, Marelbys Meza, otra empleada doméstica chuzada en este caso, ella también expresa su gratitud hacia Laura Sarabia y su esposo por el apoyo brindado durante este difícil momento. Al igual que Fabiola, Marelbys depende de su trabajo para subsistir y también teme las consecuencias que esta situación pueda tener en su vida.