El hombre consumía entre cuatro y cinco vapeadores desechables a la semana.

Paul Cowling, un hombre de 32 años y entusiasta del gimnasio, sufrió un grave colapso pulmonar debido a su hábito de vapear. Lo que comenzó como un dolor leve en el pecho terminó con una intervención quirúrgica mayor, dejando a Cowling con un profundo impacto en su salud y una advertencia de por vida.

El pasado mes, mientras trabajaba desde su casa en el Reino Unido, Cowling sintió un dolor agudo en el lado derecho del pecho. Inicialmente, pensó que se trataba de flatulencias y tomó medicamentos para aliviar el malestar. Sin embargo, el dolor persistió y comenzó a experimentar dificultades para respirar. Preocupado, consultó a un médico, quien inmediatamente lo envió a urgencias sospechando un colapso pulmonar.

Llegó arrastrándose

Al llegar al hospital, el dolor era tan intenso que Cowling tuvo que arrastrarse por el suelo para ingresar. Una radiografía de tórax confirmó el diagnóstico: su pulmón derecho había colapsado. Según explicó, el colapso ocurrió cuando una burbuja de aire, formada por el daño en las paredes de sus pulmones debido al vapeo, explotó al inhalar el vaporizador, provocando la súbita falla pulmonar.

Cowling, quien comenzó a fumar socialmente en 2015 y a vapear en 2019, consumía entre cuatro y cinco vapeadores desechables a la semana. A pesar de su estilo de vida activo y saludable, el uso frecuente de estos dispositivos le causó un daño significativo en sus pulmones, lo que llevó a que los médicos lo compararan con un fumador empedernido.

Compleja intervención

La cirugía a la que fue sometido fue compleja: los médicos utilizaron un polvo especial para pegar su pulmón nuevamente a la caja torácica y permitir que se inflara nuevamente. Aunque la operación fue exitosa, Cowling fue advertido de que existe un 30% de posibilidades de que sufra otro colapso pulmonar debido al desgaste en sus pulmones.

«Antes de que me pasara esto, era una persona muy activa y saludable. Me encantaba el senderismo, y ahora no puedo hacerlo», lamentó Cowling, quien pasó cinco días hospitalizado tras la cirugía. «Esto me ha hecho dejar de vapear de por vida. No he vuelto a tocar uno desde entonces y el cirujano me dio una advertencia muy severa. Todavía no hay evidencia científica que te diga el daño que hacen los vapeadores, pero si no causaran daño, esto no te pasaría», aseguró.

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Los riesgos del vapeo

El caso de Paul Cowling no es aislado. A medida que el uso de vapeadores se ha popularizado, especialmente entre los jóvenes, han surgido cada vez más informes de problemas de salud graves asociados con estos dispositivos. Estudios recientes han comenzado a documentar los efectos negativos del vapeo, incluyendo daño pulmonar, enfermedades respiratorias y un aumento en el riesgo de colapsos pulmonares como el que sufrió Cowling.

Los vapeadores, aunque a menudo se promocionan como una alternativa «más segura» al tabaco, no están exentos de riesgos. Los aerosoles que se inhalan contienen nicotina, compuestos químicos y, en algunos casos, metales pesados que pueden dañar el tejido pulmonar. A pesar de la falta de estudios a largo plazo, los médicos están cada vez más preocupados por los efectos de estas sustancias en los usuarios, especialmente en aquellos que, como Cowling, utilizan vapeadores de manera frecuente.

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