Arracacheros de La Plata solicitan apoyo gubernamental. Los campesinos de la asociación Monseagro están convencidos que la arracacha tiene un gran potencial en el mercado, por eso están buscando el apoyo institucional para la transformación de esta en productos con valor agregado.
DIARIO DEL HUILA, ECONOMÍA
Por: Gustavo Patiño
En las fértiles tierras del municipio de La Plata un tubérculo ancestral ha emergido como un pilar de la economía local: la arracacha. Este cultivo, tradicionalmente subvalorado, ha encontrado en la región un renacimiento inesperado, con una producción que ha crecido exponencialmente en los últimos años. Sin embargo, este crecimiento ha venido acompañado de grandes desafíos, que van desde la falta de apoyo estatal hasta la necesidad urgente de industrialización para agregar valor al producto y garantizar su rentabilidad. En medio de este escenario, la Asociación Moseagro se posiciona como un actor clave, luchando por transformar la arracacha en una fuente sostenible de ingresos para las familias campesinas del corregimiento de Monserrate y sus alrededores.
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La arracacha, también conocida como Arracacia xanthorrhiza, es un tubérculo andino que ha sido cultivado durante siglos en la región. Aunque su popularidad había disminuido frente a otros cultivos, en los últimos años ha resurgido como una opción viable para los agricultores locales. William Hurtado, representante legal de la Asociación Moseagro, destaca que “en este momento está el boom de la arracacha. Se está sacando por toneladas y pues prácticamente la mayoría de socios tiene su pedazo o su corte en el predio de su propiedad”.
Precaria comercialización
Sin embargo, este incremento en la producción no ha venido acompañado de un mercado que garantice precios justos para los productores ya que muchas veces los intermediarios imponen el valor de compra al campesino. Según Hurtado, “el precio está demasiado barato, digámoslo así, la comercialización en las centrales de abastos no da por lo que muchos piensan en ni siquiera arrancarla, menos sacarla al mercado”. Esta situación refleja un problema estructural en la comercialización de productos agrícolas en las regiones periféricas, donde los costos de transporte y la falta de acceso a mercados más amplios a menudo resultan en la pérdida de cosechas o en ventas a precios que no cubren los costos de producción.
Según el representante legal de Monseagro, uno de los principales retos que enfrenta la producción de arracacha en La Plata es la falta de apoyo institucional. A pesar de los esfuerzos realizados por la Asociación para organizarse y mejorar sus condiciones, los productores han encontrado poco respaldo de las autoridades locales y departamentales. “No hemos podido encontrar la respuesta de del apoyo del Estado, de la Gobernación o el municipio, en sí directamente”, lamenta Hurtado, quien expresa la frustración compartida por muchos campesinos que ven cómo sus esfuerzos no se ven recompensados.
No es solo la arracacha
Esta falta de apoyo no es exclusiva de la arracacha. Según Hurtado, otros cultivos como el maíz y la yuca también enfrentan problemas similares, con productos que se desperdician por la imposibilidad de transportarlos a los mercados pues el balance del precio con los costos de producción y transporte no es equitativo. Hurtado destaca que “la mayoría se desperdician porque pues el precio no da para invertirle al menos el pasaje a llevarlos a otros municipios, a las cabeceras municipales”. Esta situación es un claro indicativo de la necesidad urgente de políticas públicas que apoyen a los pequeños productores en la comercialización de sus productos, facilitando el acceso a mercados y asegurando precios justos.
Derivados de la arracacha
A pesar de los desafíos, la Asociación Moseagro ha buscado innovar para agregar valor a la arracacha y otros productos agrícolas de la región. Fredy Cuéllar, otro líder de la asociación, explica que están trabajando en la transformación del tubérculo en productos con mayor valor agregado, como almidón, bizcochos y tortas de arracacha. “Lo que queremos nosotros acá en la asociación es montar, innovar con una planta de rayado, que nos permita sacar almidón”, afirma Cuéllar.
La transformación de la arracacha en productos procesados no solo permitiría a los productores obtener mejores ingresos, sino que también contribuiría a reducir el desperdicio en la cadena productiva. En la actualidad, gran parte de la producción se pierde debido a la falta de capacidad para procesar el tubérculo a tiempo. “Muchas veces nos toca desecharlo”, lamenta Hurtado, al referirse a las pérdidas que se generan cuando la arracacha no se cosecha y procesa a tiempo, pues según él si esta no se cosecha en el tiempo específico pierde valores en sabor y propiedades. La construcción de una planta de procesamiento permitiría aprovechar al máximo la cosecha, reduciendo las pérdidas y generando nuevos productos que podrían tener un mercado tanto local como nacional.
En la industria alimentaria
La arracacha es un producto con un alto contenido nutricional, que incluye fósforo, calcio, hierro y una variedad de vitaminas. Este valor nutricional, junto con su versatilidad en la cocina, hace que tenga un gran potencial en la industria alimentaria. “Es un cultivo que se pasa si no se arranca a tiempo comienza a florear se pasa el cultivo ya no lo podemos ni rallar porque ya el producto da otro sabor que no es el mismo”, explica Cuéllar, quien subraya la importancia de procesar la arracacha a tiempo para mantener su calidad.
La transformación de la arracacha en almidón, por ejemplo, podría abrir nuevas oportunidades de mercado. Según Cuéllar, “el almidón lo estamos entregando para sopas, es un aprovechamiento porque es muy utilizado en la gastronomía para espesar las sopas y agregarles sabor”. Además, la asociación está explorando la posibilidad de combinar el almidón de arracacha con plantas aromáticas, creando productos innovadores que podrían encontrar un nicho en el mercado de alimentos saludables y naturales.
A pesar de las iniciativas de Moseagro para agregar valor a la arracacha, el éxito de estas depende en gran medida del apoyo que puedan recibir de las instituciones gubernamentales. Hasta ahora, la asociación ha enfrentado dificultades para obtener los recursos necesarios para adquirir la maquinaria que permitiría escalar su producción. Hurtado subraya que «estamos tratando de alguna forma de hacer notar que existimos, que tenemos deseos de trabajar por nuestra comunidad y por nuestras familias y mejorar un poquito la calidad de vida de todos nuestros asociados y de la región”.
Sin maquinaria
La falta de maquinaria adecuada es uno de los principales obstáculos para la industrialización de la arracacha en La Plata. Actualmente, el procesamiento se realiza de manera artesanal, lo que limita la capacidad de la asociación para producir en grandes volúmenes y con la consistencia necesaria para acceder a mercados más amplios. “Estamos organizando un proyecto, vamos a ver, es que esto en este tema siempre es cuestión de palancas y de cuestiones políticas que nos llevan a muchos temas” dice Cuéllar, quien expresa la frustración de ver cómo los esfuerzos de los productores locales se ven constantemente limitados por la falta de recursos.
Autosostenibilidad
A pesar de los desafíos, los líderes de Moseagro son optimistas sobre el futuro de la arracacha en La Plata y el departamento del Huila. Cuéllar habla de la visión de la asociación de alcanzar la sostenibilidad, no solo en la producción de arracacha, sino en todo el espectro de actividades agropecuarias que se desarrollan en la región. “Tenemos una actividad grande acá en la zona, porque también se produce, se cultivan pollos, cerdos lo que queremos nosotros es llegar a ser autosostenibles en la zona y ser ejemplo, ejemplo de innovación de que podemos particular nos con la prácticamente con la historia de nuestros antepasados,» afirma Cuéllar.
Esta visión de autosostenibilidad incluye la creación de un ciclo productivo cerrado, donde los residuos de la producción agrícola se utilicen para alimentar a los animales, ya que la arracacha tiene un gran potencial en la producción de alimentos concentrados, y los productos derivados de la arracacha se comercialicen local y regionalmente, reduciendo la dependencia de insumos externos y fortaleciendo la economía local. La creación de una planta de procesamiento no solo permitiría a Moseagro aprovechar al máximo la producción de arracacha, sino que también generaría empleo y fortalecería la comunidad.
Apoyo gubernamental
Para que esta visión se haga realidad, es fundamental que las autoridades locales, departamentales y nacionales presten atención a las necesidades de los pequeños productores de arracacha en La Plata. La industrialización de la arracacha no solo beneficiaría a los agricultores, sino que también podría tener un impacto positivo en la economía de la región, creando empleo y generando nuevos productos con valor agregado que podrían tener un mercado tanto local como nacional.
Además, es necesario que se implementen políticas públicas que faciliten el acceso de los pequeños productores a los mercados, garantizando precios justos y evitando que se pierdan cosechas por falta de infraestructura para el transporte y almacenamiento. Hurtado y Cuéllar coinciden en que la clave para el éxito de la arracacha en La Plata está en la cooperación entre el sector público y privado, y en el reconocimiento del potencial que tiene este tubérculo para convertirse en un motor de desarrollo para la región.